FASE 2: Reflexión sobre «Atmósferas»
El texto de Peter Zumthor me ha hecho reflexionar sobre el ámbito en el que vivimos, en nuestra atmósfera, no en la referida a la naturaleza, sino en el ámbito arquitectónico y hasta el punto de influencia sobre nosotros.
El texto me ha hecho pensar, que como dice él, la calidad arquitectónica es subjetiva ya que un edificio no nos suele conmover por su reconocimiento o importancia, sino por cómo influye en nosotros, cómo nosotros lo interpretamos o cómo de a gusto nos sentimos en él.
También me ha hecho recapacitar sobre de qué está formada dicha atmósfera arquitectónica, ya que no es un únicamente el edificio, sino todo lo que lo compone, como pueden ser sus materiales, las luces, sombras y sobre todo las personas que lo rodean. Por ello, el arquitecto a de ser un buen seleccionador de todos los materiales, colores, ventanas, pasillos… para que el espacio que esté creando esté cohesionado entre sí, ya que una mala elección, en el caso de la mala elección de los materiales, puede llegar a provocar ruido, debido a las vibraciones…
Por ello, también se compara a la arquitectura con todo el trabajo artesanal, como puede ser la música, el arte, la escritura… ya que al final cada uno de ellos tiene que conocer o elaborar hasta le mínimo detalle de su creación, porque al final una buena atmósfera se consigue o cuando escuchamos música que nos transporta a otro lugar, un olor que nos recuerde a alguien, un espacio donde podamos ser nosotros mismos…
A parte del símil a los artistas, también relaciona la arquitectura con el cuerpo humano, porque ha decir verdad son bastante parecidos. Al final, el cuerpo es un sistema bastante complejo, el cual es muy difícil que funcione de correcto modo si alguna de sus piezas falla, ya sean los huesos, las venas, músculos e incluso la piel; pues de esta misma manera ocurre con la arquitectura, que por así decirlo, dentro de cada edifico u obra se encuentra un esqueleto formado por muros, tuberías, cableado… para que al final se le pueda dar el uso adecuado.
Otro factor importante para la creación de una buena atmósfera es la temperatura, ya que los arquitectos son capaces de jugar con el tipo de materiales escogidos para crear un clima favorable para las personas, haciendo de un día soleado una estancia fresca, y así a la inversa.
Continúa comentando un dato que me ha llamado bastante la atención, cómo son las cosas de nuestro alrededor, y es que, es verdad que en nuestras estancias más cercanas, ya sean nuestras habitaciones, casas, cafeterías favoritas… siempre vamos a encontrar elementos decorativos u objetos materiales que nos identifiquen o que nos representen, lo que completa dicha atmósfera. Pero también me ha hecho pensar que dichos elementos son un claro cartel sobre lo que somos, es decir, cuando vamos a casa de algún amigo o familiar y nos fijamos en nuestro alrededor podemos ir encontrando elementos que lo identifican o ir conociendo nuevos aspectos que no conocíamos sobre es apersona e intentar entrar, conectar o simplemente entender su atmósfera.
Esta charla también me ha hecho reflexionar sobre lo diferente que puede ser un edificio relacionando la fachada con su interior, ya que la fachada puede ser muy bella, pero luego su interior se encuentre sin vida.
El último punto que me ha llamado la atención es la proporción, y la verdad que nunca me había parado a pensar sobre ello, porque es verdad que cuando nos adentramos en edificios grandes, con grandes espacios, nos invade una sensación de libertad, de tranquilidad (personalmente). Pero en otros lugares, que también son enormes, como puede ser un campo de fútbol, nos podríamos sentir libres, pero en verdad es un espacio que tenemos que compartir con miles de personas, por lo que se convierte en todo lo contrario, pese a sus grandes dimensiones, nosotros nos sentimos ajustados.
Con todo esto, he llegado a la conclusión de que en el futuro, con mis futuras obras o proyectos, espero que no solo resulten bellas, sino que al recordarlos sean lugares o espacios que les recuerden a buenos sentimientos, como la nostalgia, la alegría o incluso algunos no tan buenos, pero que les hizo aprender o les sirvió como un punto de inflexión. Porque al final, la verdadera labor del arquitecto no es solo crear espacios bellos, sino dar forma a estancias que se queden en el recuerdo de las personas.